9 junio 2018
Reflexiones sobre
traducción, Susan Bassnett
PRESENTACIÓN
Carmen Alejandra González Velázquez
Buenas tardes. Bienvenidos todos: colegas, amigos, invitados
e interesados.
El día de hoy nos reunimos en torno al fruto de un trabajo
colaborativo que ha sido abrazado por los 39 involucrados de diferentes
procedencias y en diversas latitudes. Esperamos ustedes lo permitan germinar
mediante su lectura y consulta.
Cuando nuestra querida Martha Celis me invitó a participar
en esta experiencia, la idea fue un detonante perfecto para retomar un tema de
mi interés y para pensar en poder transmitir en español las palabras de Susan
Bassnett, teórica reconocida en el ámbito. Esa chispa incipiente nos tiene
ahora aquí reunidos y espero que, como a continuación explicaré, mantenga la
llama de la traducción siempre viva.
La traducción es ubicua. Sí, la podemos encontrar en todo
lugar y en constante movimiento. En este caso, imaginemos, por ejemplo, la
redacción de un periódico; el ritmo acelerado de los medios donde las fronteras
entre edición, traducción y reportaje se difuminan para poder conseguir
productos oportunos. En una pantalla titilante, se desprende el hilo de
noticias rodeado de parámetros y líneas editoriales que se confunden entre
culturas, estereotipos y lenguas.
Ahora, enmarquemos esta escena en un triángulo: el triángulo
de la combustión. En condiciones clásicas, en el centro de esta figura
triangular se encontraría el fuego que debe mantenerse vivo; en el lado
derecho, el oxígeno; en el izquierdo, el combustible y, en su base, el calor.
Si lo retomamos para nuestro proyecto y en específico, para el capítulo en el
que se me permitió colaborar, en su centro, se encuentra esa llama ardiente que
es el problema del que, entre otros asuntos, las Reflexiones sobre traducción de Bassnett nos remiten: ¿cuál es la
trascendencia del discurso fehaciente de una figura mediática y política?,
¿cómo la construimos a partir de las estrategias de traducción que se emplean?,
¿nos figuramos a un tirano, a una víctima o a un conciliador? Y ¿cómo difieren
los términos, los enfoques y la visibilidad del traductor dependiendo del
diario?
Aquí tenemos como núcleo el problema de investigación, la
manera en la que la prensa brindó información sobre el juicio de Saddam Hussein
al inglés en dos diarios de líneas editoriales distintas, siendo el capítulo 33
del libro que hoy presentamos. Como factores inflamables, se encuentran, por un
lado, la norma que dicta la manera en que el contenido se adapta y moldea a la
cultura de llegada, es decir, el proceso de aculturación. Por el otro, contamos
con la línea dominante, el agente que determina de qué manera llega y se
transmite la nota, la entrevista o el contenido, en qué lengua y para qué
lector meta. Finalmente en la base, el impacto de la estrategia elegida, que tiene
lugar en la incandescencia de la traducción misma.
Y antes de que sigamos en esta cálida explicación, bien
cabría considerar si realmente a esta labor se le considera traducción en los
diarios. Por ser la autora de nuestro proyecto, retomaremos a Bassnett en
compañía de Esperança Bielsa, quienes nos dicen que hay que tener en mente un
paradigma diferente para definir lo que sucede en prensa, puesto que no sólo se
trata de una transferencia interlingüística entre el texto A y B sino que el
traductor, en caso de autodefinirse de esta manera, se enfrenta a una
reescritura y síntesis radical del texto fuente para adaptarlo a un conjunto de
expectativas completamente diferentes de la audiencia receptora, por lo que en
gran manera la figura de la traducción permanece viva entre las brasas de la
labor periodística.
Ahora bien, en la combustión en la que nos encontramos, el
fuego se encuentra doblemente atizado en las páginas que ven la luz en nuestra
lengua con este libro. No sólo se trata de lo que ya se ha discutido y
argumentado en cuanto a una serie de temas concienzudamente analizados por la
autora, se presenta también un metadiscurso donde nosotros, los involucrados,
traducimos sobre traducción. En este contexto, el reto consistió en mantener en
gran parte, al menos en este leño con el que colaboré, esa distinción entre las
diferentes fuentes y la pregunta continua de qué es una versión auténtica en
prensa.
¿Cómo ediciones tan
disímiles refieren a la misma persona y al mismo momento de enunciación? Tal
como lo explica Basnett, en términos de información, la estructura de las
intervenciones y el tono llegan a configurar a un Saddam beligerante y agresivo
en el primer diario, a diferencia de un juez que está en control de la
situación, en el segundo. El resultado, ahumado bajo las llamas de la
aculturación, crea una percepción desequilibrada de aquellos considerados como
enemigos del Occidente en una lengua que difunde al mundo los acontecimientos
de culturas distantes.
En esos momentos, las decisiones pudieran no ser tan
inocentes donde el texto fuente, cuya autenticidad queda en duda, brinda
fragmentos traducidos que se difuminan en la humareda de las intervenciones del
periodista, del transcriptor, del traductor y de la confianza en lo que se
transmite. Por ello, presentar elementos como la agramaticalidad en la
traducción, debido a versiones demasiado literales o cuya sintaxis no se apega
a la lengua receptora, reflejan como el paso de una lengua a otra puede
presentar flamas menos profusas que al final se integran al calor de la prensa.
En este
fuego vivo, cuando toca retomar un texto para traducirlo a otra lengua, como
fue este caso, pudiera ser que la calma no sea lo primero que se nos ocurra.
Nos damos cuenta de la magnitud e importancia que las palabras de Bassnett
tienen para todos, palabras que invito a su lectura en las voces de los
participantes de esta labor grupal. Entonces, ante ese panorama, puede que el
incendio nos haga su presa y, ya sea que demos vueltas ante él o recurramos a
los bomberos lingüísticos, requerimos de la experiencia y conocimiento del tema
para contar con los recursos idóneos con la finalidad de extinguir la llamarada
y controlar una combustión deseable, un fuego casi olímpico que inicie más
proyectos como el que hoy ponemos en sus manos.
Así que, permitamos que la calidez de estas traducciones nos
abracen y que detonen nuestro interés por novedosos estudios, mayores
oportunidades y talentosos equipos como el que hoy enciende ante ustedes el
fuego de su trabajo colaborativo. Gracias a quien inicio el triángulo de esta
combustión, Martha; a los colegas, la editorial que nos alberga y el apoyo
otorgado por ser el oxígeno que ha mantenido vivo el proyecto; al calor del
recibimiento de todos ustedes y al combustible de nuestras próximas
participaciones, esperamos, para mantener la llama de la traducción siempre
viva.
Buenas tardes y buena
lectura.
Carmen Alejandra González Velázquez
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