Presentación Reflexiones
sobre traducción de Susan Bassnett.
Emma Sentíes Miranda
Hola, buenas tardes a todos. Estoy muy emocionada por la
presentación de este trabajo, honrada por la invitación de Martha, quien es,
además de una amiga muy querida, una colega muy admirada; también estoy
nerviosa de estar frente a todos ustedes hablando esta tarde y, al mismo
tiempo, muy agradecida porque se hayan tomado el tiempo para venir a compartir
con nosotros el regocijo del nacimiento de este chamaco.
Permítanme platicarles que me he dedicado a traducir desde
mediados de la licenciatura en el 2005, primero de manera más de tipo
voluntariado, trabajo casi gratis, gratis, de estas prácticas que muchos hemos
experimentado alguna vez del tipo ¡por favor déjenme traducir! Y de manera
mucho más formal a partir de que terminé la maestría en el 2012, ya como mi
principal actividad económica.
En este tiempo me ha tocado vivir distintas maneras de
trabajar y abordar los proyectos de traducción. Esta tarde me gustaría
referirme concretamente al trabajo colaborativo y al mismo tiempo contrastar
las experiencia en el ámbito profesional más “de a pie”, como a veces solemos
llamar a la actividad de traducir fuera del cobijo académico, entre caníbales
empresariales, con fines más económicos que espirituales, quisiera comparar
aquella experiencia con la de este proyecto, que para mí, y supongo que también
para muchos de los colegas que en él participan, resulta un remanso casi
embriagante que me permite volver a las delicias de las reflexiones más académicas.
Dentro de la vida
profesional del traductor de a pie, como les decía, hay distintas maneras en
que se puede vivir la colaboración a la hora traducir.
Primero está la división de funciones dentro del proyecto
amplio de traducción que abarca más que el proceso propiamente de traducción.
Estas van desde la atención al cliente (ya sea que éste te busque o que tú
ofrezcas servicios), pasa por la cotización, la asignación del proyecto a los
traductores/editores/diseñadores/terminólogos/revisores según corresponda,
hasta los temas de cobranza, facturación y pago de impuestos.
Pero no es en este tipo de división y colaboración que
quisiera detenerme. Aunque resulta imprescindible tener un buen equipo en cada
una de estas etapas para que un proyecto llegue a buen término, no es ahí donde
encuentro interesante hacer el contraste, pues, aun cuando el proceso no es
exactamente el mismo, este libro habrá pasado más o menos por etapas
equivalentes.
El tipo de colaboración al que me gustaría referirme es la
que se presenta en la etapa pura de traducción. Particularmente cuando el texto
se divide entre varios traductores. Generalmente, cuando esto sucede en el
mundo del traductor de a pie, se trata de textos que deben entregarse en un
tiempo demasiado corto para su extensión.
Algunas ocasiones pueden ser documentos pequeños relacionados entre sí.
Digamos facturas de una naviera o documentos relacionados con una demanda. En
otras ocasiones pueden ser archivos muy extensos dividido o no en capítulos o
secciones, por ejemplo, ensayos clínicos. La mayoría de las veces el tiempo de
entrega tiene poco margen de negociación.
En estas circunstancias, la agencia de traducción se da a la
tarea de negociar las condiciones del trabajo. Casi siempre, la inclinación
natural del traductor es sacar de apuros al cliente. Así que el director del
proyecto le explica que, dada la velocidad que requiere la
traducción, en el proyecto deberán participar varios traductores y esto
ocasionará sobre todo falta de consistencia en la traducción o heterogeneidad
discursividad (este último término no crean que se usa con los clientes, este
se los digo aquí porque estamos entre amigos y colegas). Esta falta de
consistencia, evidentemente lo presenta como una desventaja.
Y aquí radica lo que me parece más importante destacar de
este proyecto con Martha y Bonilla Artigas Editores. La heterogeneidad discursiva
en este caso me parece de las aportaciones más valiosas que podemos encontrar
en este libro. Susan Bassnet es una académica consolidada, con experiencias de
vida muy particulares y sobre todo diversas, que ha entrado en contacto
íntimamente con varias culturas, pues ha vivido en distintos países en alguna
etapa de su vido. Todo esto significa que hay tanta diversidad en el discurso
como numerosos son los artículos que ha escrito y los que aquí se traducen. La
selección de colaboradores que ha hecho Martha, como ocurre siempre en los
proyectos que ella emprende, ha sido un trabajo verdaderamente fino. Los
artículos que asignó a los traductores coinciden con sus antecedentes
profesionales, académicos, vocaciones e inclinaciones personales. Yo, por ejemplo,
traduje un artículo sobre nombres geográficos, su traducción y las
implicaciones políticas, culturales, comerciales de la misma. Es un texto breve
con varios ejemplos, ameno, que puede leer tanto un especialista de la
traducción como algún curioso del tema sin pretensiones académicas. Resulta que
mi tema de tesis es éste mismo. Incluso algunos de los ejemplos que desarrollé
en mi tesis se presentan en este artículo. No lo conocía antes de que Martha me
lo mostrará a pesar de que leí una buena cantidad de artículos sobre traducción
de nombres y de que cito a Bassnet en el aparato teórico de mi trabajo.
Mientras traducía me impactaron las coincidencias que había en afirmaciones y
ejemplos . Era como si viera parte de mi tesis en este artículo. La sensación
se parece a cuando te encuentras con alguien que te gusta y descubres que
tienen algunos gustos en común y visitaron los mismos lugares. Así fue.
André Lefevere, otro teórico consolidado de traducción con
el que Bassnet ha trabajado de cerca y a quien menciona en la introducción de
este libro, tiene una metáfora que me gusta mucho compartir en los talleres de
traducción que dirijo (y honestamente cada vez que encuentro la oportunidad de
hacerlo). Cuando lo leí, para mí fue iluminador y tengo la esperanza que para
otros también lo sea. En el contexto de los argumentos en contra de la
traducción descrita como una pérdida necesaria, Lefevere reivindica el papel de
la traducción y explica, más o menos así: El fenómeno de la traducción es como
el del arcoiris. La luz en este caso sería el texto original, el proceso de
traducción es el prisma por el que pasa esta luz, y las traducciones que
resultan, las traducciones como producto, son los colores en los que esa luz se
refracta. La traducción no resta, suma. Un solo objeto lo vuelve varios objetos
en los que se destaca una u otra propiedad. Así, las diversas traducciones de
homero destacan o la historia, o la construcción en verso, o las cuestiones
sociales y culturales, o cualquier elemento que al traductor en cuestión le
haya tocado el corazón y el intelecto, y al cual se haya abocado a la hora de
traducir. Así no tenemos un homero sino un colorido homero ADEMÁS del original.
Así, Bassnet en esta compilación traducida no es solo
Bassnet, es Bassnet con todas sus distintas vivencias y momentos entrando en
resonancia con los traductores en cada uno de sus artículos.
Para concluir, ya que estamos hablando de la colaboración en
traducción, no quisiera dejar de mencionar el papel de la traducción como
colaboradora de otras disciplinas e incluso de movimientos sociales,
nacionalistas y postcolonialistas, como comunicadora, como reflejo de las
relaciones de poder, como mecanismo de representación de identidades y de
conquista o de resistencia. Me gustaría destacar la traducción como herramienta
subyacente de manera unas veces más patente que otras en todos los intercambios
sociales.
El trabajo diario de traducción y particularmente en este
libro, me parece una representación a pequeña escala del papel de la traducción
en el mundo como agente de colaboración, pues resulta, más allá de
indispensable, intrínseco en la realización del fenómeno de comunicación.
Gracias a Martha por la invitación, a Bonilla Artigas por
abrir el espacio y a ustedes por estar aquí.
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